El rápido crecimiento de los proyectos de energías renovables y almacenamiento es fundamental para avanzar hacia la transición energética y mitigar los efectos del cambio climático. Sin embargo, y dado el amplio efecto negativo en el paisaje debido al impacto que paisaje provocan los trabajos de ejecución e instalación, estas obras se deben realizar con el máximo respeto y protección hacia el patrimonio cultural.
El patrimonio arqueológico y etnográfico constituye una parte esencial de la identidad histórica de las comunidades humanas. Su preservación no solo es una obligación legal, es, también, una obligación moral porque gran parte de la Historia de las comunidades humanas solo se pueden estudiar a partir de los restos materiales de tipo arqueológico o etnográfico. Estas obligación legal y moral es una condición clave para un desarrollo sostenible y socialmente responsable.
En este texto se analiza la importancia de integrar la protección del patrimonio cultural en la tramitación y legalización de proyectos renovables y de almacenamiento.
Impactos potenciales de los proyectos sobre el patrimonio
Las obras asociadas a estos proyectos —como plataformas, accesos, líneas de evacuación o estaciones de transformación— pueden generar impactos directos o indirectos sobre bienes culturales, tales como:
Destrucción o alteración de restos arqueológicos. Estos restos se encuentran en el subsuelo y son destruidos o alterados debido a los intensos movimientos de tierras por las explanaciones para la instalación de los paneles y las subestaciones, las zanjas para las líneas de evacuación y los caminos de acceso para la maquinaria.
Afección y destrucción de elementos etnográficos. Las construcciones tradicionales asociadas a las explotaciones agropecuarias con estructuras que se encuentran en cotas sobre cero y, por los tanto son visibles. Su valor reside en el hecho de que su funcionalidad ha desaparecido y este tipo de elementos arquitectónicos nos ayudan reconstruir la vida, la economía y el paisaje de los terrenos en los que se va a realizar una instalación fotovoltaica, por ello es fundamental documentar su ubicación y su configuración antes de iniciar la construcción de una nueva instalación solar o eólica.
Impacto visual o paisajístico. Las instalaciones fotovoltaicas y eólicas afectan gravemente al lugar y al entorno se su ubicación, es un paisaje que es alterado por los movimientos de tierras o las cortas de árboles, por ello es imprescindible la realización de una amplia y solvente documentación planimétrica antes de abordar las futuras instalaciones fotovoltaicas o eólicas.
Estos efectos no solo representan una pérdida cultural irreparable, sino que pueden ocasionar conflictos sociales, rechazo comunitario o importantes retrasos administrativos si no se prevén adecuadamente.
Marco legal para la protección del patrimonio cultural
En España, la protección del patrimonio arqueológico y etnográfico se sustenta en una serie de normativas que deben cumplirse obligatoriamente en los proyectos de infraestructuras energéticas:
-Ley 16/1985 del Patrimonio Histórico Español, que regula la protección de bienes culturales, tanto arqueológicos como etnográficos.
-Normativa autonómica específica, que amplía y adapta los criterios de protección a cada comunidad autónoma.
-Normativa municipal, hay ayuntamientos que tienen competencias sobre el patrimonio cultural en su término municipal.
-Integración obligatoria del componente patrimonial dentro de la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA).
Estas normativas establecen que todo proyecto que pueda afectar al patrimonio debe incluir estudios previos, notificación a las autoridades competentes y, en su caso, medidas correctoras o compensatorias.
Procedimientos para proteger el patrimonio durante la tramitación
En todo caso se debe incluir la variable patrimonial desde las primeras etapas del proyecto es clave para evitar imprevistos. Entre las acciones recomendadas se encuentran:
-Estudios arqueológicos previos: prospecciones arqueológicas, sondeos arqueológicos preventivos o análisis y estudios documentales.
-Informes técnicos especializados y consultas con arqueólogos, etnógrafos y autoridades culturales.
-Diseño de medidas correctoras o compensatorias, como modificación del trazado, preservación in situ, documentación y/o musealización.
-Integración de estas acciones en la documentación ambiental y administrativa del proyecto, garantizando su revisión por parte de los organismos responsables.
-Un enfoque preventivo y planificado facilita la tramitación, minimiza riesgos y garantiza un desarrollo compatible con la conservación del patrimonio.
Coordinación entre sectores: clave para el equilibrio
Es fundamenta una coordinación eficaz entre los promotores del proyecto, los expertos culturales y las administraciones públicas ya que esto permite:
-Enfocar la protección del patrimonio no como una traba, sino como un valor añadido al proyecto.
-Evitar conflictos sociales derivados de la percepción de daño cultural.
-Mejorar la aceptación pública y la integración territorial del proyecto.
-Promover un modelo de desarrollo energético consciente y respetuoso con la historia local.
En algunos casos, se pueden integrar elementos culturales al diseño del proyecto, como señalización, áreas interpretativas o documentación pública, fortaleciendo la identidad del entorno.
Conclusión
Se debe considerar que el patrimonio arqueológico y etnográfico en la ejecución de proyectos renovables y de almacenamiento no es solo una exigencia normativa: es un compromiso con el entorno, la historia y las comunidades.
Se debe integrar esta dimensión en la planificación y fortalecimiento de la viabilidad ambiental, social y cultural del proyecto. Solo así podremos avanzar hacia una transición energética que sea no solo sostenible, sino también respetuosa con nuestra memoria colectiva.
Las empresas de arqueología y los arqueólogos autónomos deben ser garantes, en coordinación con las administraciones públicas, de un sistema eficaz de protección del Patrimonio Cultural, por ello sebe ser respetados como profesionales conocedores de la realidad cultural e histórica del lugar de asentamiento de las instalaciones generadoras de energía limpias. La realización de proyectos y trabajos de calidad deben servir para una buena integración entre las necesidades industriales y la protección del Patrimonio Cultural.