En los últimos años, los sectores de la ingeniería y la arquitectura han experimentado una profunda transformación digital en la forma de concebir y gestionar sus proyectos. En este proceso, la metodología colaborativa Building Information Modeling (BIM) se ha consolidado como una herramienta clave para planificar, diseñar, construir y gestionar infraestructuras, centralizando toda la información relevante del proyecto a lo largo de su ciclo de vida en un modelo digital tridimensional.
Esta evolución se refleja con fuerza en el ámbito industrial español: más del 30 % de las empresas del sector AECO ya han adoptado BIM en sus procesos, y las licitaciones públicas que lo exigen han pasado de representar 661 millones en 2020 a más de 3.600 millones en 2023. En paralelo, las universidades públicas han dado pasos significativos: mientras hace una década el BIM apenas figuraba en los planes docentes, hoy se encuentra presente en asignaturas, másteres y proyectos colaborativos. La Universidad de Extremadura destaca como ejemplo, con una oferta formativa que incluye el Máster en Metodología BIM y prácticas en empresas del sector, abordando dimensiones avanzadas como sostenibilidad, planificación y seguridad desde una perspectiva académica conectada con la realidad profesional. Aun así, persisten desafíos como la actualización del profesorado y una mayor coordinación curricular, en un contexto donde más del 50 % de los profesionales se ha formado de manera autodidacta.
BIM no sustituye al diseño asistido por ordenador (CAD), sino que lo complementa, integrando el diseño 2D dentro del modelo digital, especialmente en fases tempranas o en la documentación técnica detallada. Esta evolución ha transformado las competencias que requieren los profesionales del sector, impulsando a empresas tanto públicas como privadas a incorporar progresivamente esta metodología en sus procesos. Como consecuencia, la demanda de perfiles cualificados en entornos colaborativos y digitalizados no deja de crecer.
En este escenario, los ingenieros industriales han adquirido un protagonismo creciente. La titulación representa ya más del 9 % de los perfiles BIM activos en España, y el 70 % de los profesionales formados en esta metodología reconoce que fue clave para su acceso al mercado laboral. En solo cuatro años, el porcentaje de empresas que realiza la mayoría de sus proyectos bajo entornos BIM se ha duplicado, y el número de profesionales especializados supera los 800, con perspectivas que apuntan a la necesidad de hasta 200.000 nuevos ingenieros en la próxima década, muchos de ellos con competencias digitales avanzadas.
En este contexto, las universidades desempeñan un papel estratégico. Resulta imprescindible integrar de manera transversal en los planes de estudio universitarios los conocimientos, habilidades y destrezas asociadas al BIM, alineando la formación académica con las necesidades reales del entorno profesional en el que se integrarán los futuros titulados.
La Universidad de Extremadura ha asumido este compromiso incorporando progresivamente contenidos relacionados con el modelado 3D, la gestión colaborativa de proyectos y el uso de herramientas BIM en los planes docentes de las titulaciones técnicas. En las Escuelas de Ingeniería y Arquitectura, estas competencias se trabajan en distintas asignaturas, y se ha desarrollado incluso un máster específico orientado a capacitar a los estudiantes en esta metodología.
En particular, en la Escuela de Ingenierías Industriales, el aprendizaje de BIM se desarrolla de forma práctica a través de proyectos colaborativos que simulan entornos reales de trabajo. Los estudiantes abordan retos planteados en el aula desde una perspectiva interdisciplinar y digital. Además, se han impulsado propuestas para incluir formación específica en asignaturas optativas de último curso, así como iniciativas desde grupos de innovación docente centradas en la creación de recursos didácticos que faciliten la comprensión y aplicación del BIM.
Aunque todavía existen desafíos para una integración plena del BIM en la docencia universitaria, los estudiantes egresados cuentan ya con una base sólida que les permite enfrentarse con garantías a las demandas del mercado profesional actual. Entre los retos más relevantes se encuentran la necesidad de una mayor coordinación entre asignaturas para evitar enfoques fragmentados, la actualización continua del profesorado en herramientas y estándares BIM, y la incorporación de metodologías activas que promuevan el trabajo colaborativo y multidisciplinar en entornos digitales. Asimismo, es necesario reforzar la conexión con el sector empresarial mediante proyectos reales, prácticas externas y participación en redes profesionales, para asegurar que la formación impartida responda de manera eficaz a los cambios del mercado y contribuya a la transformación digital del sector de la construcción.
La apuesta por el BIM en la universidad no es solo una cuestión tecnológica, sino también pedagógica y estratégica. Formar a los futuros profesionales en esta metodología significa prepararlos para liderar proyectos más eficientes, sostenibles e integrados, alineados con los retos de la digitalización, la sostenibilidad y la colaboración que definen el futuro del entorno construido.